El origen de la Abadía

Lo que conocemos hoy como La Abadía fue inicialmente un simple islote donde las leyendas locales contaban que el dios del orden concedió a una poderosa arma a uno de los antiguos héroes del mundo antiguo.

Con el paso del tiempo se convirtió en una zona de peregrinación para todos los seguidores de los dioses del orden.

Hace unos cinco siglos un joven clérigo tuvo un extraño sueño: Arlandine (diosa de la luz) entregaba a una sus dos espadas celestiales a un joven guerrero. ¿Soñaba con el pasado? ¿Soñaba con el presente?¿O quizás fue el futuro?

El joven clérigo abandonó su claustro al sur de los reinos y se dirigió a la isla. Semanas después al llegar al sitio, se encontró a un joven caballero moribundo. El joven caballero explico al clérigo que se encontraba en la isla con motivo de su peregrinación, cuando descendió de entre las estrellas en medio de la noche Arlandine.

La diosa indicó al joven caballero que creía que era el elegido para derrotar al mal que se avecinaría los próximos años, pero tenia alguna duda, y es que el caballero era demasiado joven.

Arlandine dijo que solo el elegido podía derrotarla, y entraron en combate. Durante más de una hora lucharon la diosa y el joven caballero. El caballero sufría herida tras herida, pero una y otra vez se levantaba. Arlandine ante tal fe, detuvo el combate y entregó una de sus dos espadas al joven. Le indicó que, con tal entrega, estaba segura de que aun no siendo el elegido el caballero daría su vida para detener al mal.

El clérigo curo de las heridas y cuido al joven caballero durante días, hasta que este pudo emprender su viaje en la lucha contra el mal.

El clérigo dedico el resto de su vida a construir una iglesia para recordar lo sucedido en esta segunda ocasión donde los dioses entregaban armas a los mortales.

Con el paso del tiempo y con la iglesia como centro de peregrinaje, se decidió que era momento de construir una gran catedral en honor a Arlandine y los dioses del orden. Así se inició la construcción de la Abadía hace cientos de años.

Se desconoce el nombre del clérigo, pero hace ya varias décadas se construyó un panteón donde se cree hoy en día que descansan sus restos.

Se dice que aún hay algún visitante que se interesa por la localización de la tumba del clérigo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *